Hace poco he conseguido que me retrate y estoy realmente contento.

Para los que no lo conozcáis os diré algo de la obra del fotógrafo Xavier León, para mí uno de los maestros del retrato. Seguidor de la escuela Becher, su obra nos recuerda vagamente a la nueva objetividad alemana de los años 20.

Sus retratos son austeros y sencillos, pero cargados de sinceridad. Aquí no hay ornamentos, ni disfraces, la realidad se muestra en toda su crudeza e inocencia.

Acompañado de la sobriedad del blanco y negro, nos traslada a paisajes silenciosos, a lugares donde el tiempo se estanca, a momentos de soledad... Y son precisamente el silencio, el tiempo y la soledad las notas que mejor definen la obra de Xavier León.

El silencio que nos lleva a la concentración, a la observación minuciosa de la realidad sin distracciones.

El tiempo y su ineludible avance que se refleja en los rostros cansados de sus retratos, en las arrugas de una piel marcada por los años.

La soledad, el recogimiento al que invitan sus obras, esa sensación de harmonía, de paz.

Bueno, poco más os puedo decir de él, así que os dejo algunas de sus fotos y os invito a conocer su Blog aquí.